Lo único que espero los días de semana es llegar del cole y conectarme para verte por 'Skype'. Aunque sólo te esté viendo a través de una pantalla, no puedo dejar de pensar ni un minuto en lo hermoso que sos y que quiero y necesito que se aproxime rápidamente el Sábado para poder pasar a buscarte por tu facultad o por la estación de subte, que no puedo esperar ni un segundo para poder volver a verte sonreír cuando salís de la facultad y me ves ahí sentadita, en la puerta y, sobre todo, no puedo esperar para volver a probar tus labios ni sentir tus brazos alrededor mío, que me digas cuánto me extrañaste esa semana, que me cuentes todo, absolutamente todo, desde que te despertaste a tal hora y lo que hiciste durante el día, que me cuentes qué libro terminaste y que más o menos me cuentes de qué se trataba, que me preguntes cuál me parece a mí que deberías empezar a leer ahora, lo que comiste, que me digas 'estuvo rico pero le faltaba un poco de pesto', casi casi sea la comida que sea. Por cada cosa que me contás, hago notas mentales de lo que te gusta, de lo que no te gusta, y creo que lo sabés tan bien como yo. Me da mucha risa que me digas 'ves? Las mujeres se acuerdan de todo, no lo puedo creer', y sinceramente te tengo que decir que no sé si es que las mujeres nos acordamos de todo lo que pasa, sino que puede que nos acordemos de los que nos parece importante que nos tengamos que acordar, o lo que nos pueda llegar a servir. Por ejemplo, gracias a esas notas mentales, para cuando estoy buscando regalos para nuestro Cumplemes, se me hace mucho más fácil saber qué te gusta o qué es lo que estabas buscando, aunque debo admitir que la lista de libros me sirve mucho también. Sigo sin creer, después de casi ocho meses que estamos de novios, que yo esté enamorada de la persona más perfecta que pude haber conocido o que se pudo haber cruzado, así por casualidad, en mi camino, y que esta personita esté también enamorada de mí. Cuando te conocí juro que te fiché enseguida, me gustaste desde el primer momento, me acuerdo que tenías un corte de pelo muy loco y me daban ganas de decirte 'Qué pelaso! Jajajaj'. También recuerdo que tenías puestas unas bermudas de color claro y una remera de HIM que me volvió loca. Me había quedado pensando 'A este chico le gusta la buena música' y después fiché el collar que estabas usando, uno de HIM también, y te iba a preguntar dónde lo habías comprado, pero después me olvidé. Y después los chicos dijeron que te parecías a Bob Bryar y todos nos reíamos diciéndote 'Bob, ¿Por qué te fuiste de MyChem? Volvé, volvé!' Y ahí nuestro primer día. Te agregué al facebook y salimos un par de veces más con los Killjoys, me acuerdo que nosotros dos nos encontrábamos en la esquina de Corrientes y Cerrito, en la puerta del OCA, y me regalabas barquitos de papel, y cruzábamos a encontrarnos con los demás. Así hasta que un día, hablando por MSN, me contaste que necesitabas un cinturón y que en la Bond Street habías visto uno que te gustaba, y me preguntaste si te acompañaba a comprarlo. Obvio que te iba a decir que sí, juro que en ese momento me latía el corazón a lo loco. Y el martes 30 de Noviembre de 2010 nos encontramos, como siempre en nuestra esquina, y fuimos a la Bond pero estaba cerrada porque era demasiado temprano, así que nos quedamos charlando sobre la vida, sobre libros, sobre qué iba a seguir, sobre un montón de cosas. Nunca me había abierto de esa manera a hablar con alguien, y no entendía por qué con vos era diferente. Siempre te mostraste tal cual eras, y con eso fue más que suficiente para que confiara en vos, y eso me encantaba. Luego de que te compraras tu cinturón de tachas emprendimos viaje y caminamos hasta el Abasto, seguíamos hablando de la vida, me acuerdo que hacía calor y yo agradecía haberme puesto la remera de Nirvana que había cortado el día anterior. Recuerdo que comiste una hamburguesa en Burger King y yo me pedí una gaseosa. Estaba tan nerviosa que ni hambre tenía. Nos sentamos, y después a mí me empezó a agarrar sueño y frío. Sueño, porque el día anterior había dormido cuatro horas, y frío, por el aire acondicionado del Shopping. Entonces vos me abrazaste y yo me quedaba dormida en tu hombro. Hasta que en un momento abro los ojos y tenía tu boca a pocos centímetros de mi cara. Intentaba ver tus ojos pero los tenías cerrados, y sentía que el corazón iba a explotar en el momento en el que presionaste suavemente tus labios contra los míos. Nunca había sentido esa textura en una piel. Me encantaba, era algo demasiado mágico. Abrí la boca para saber qué gusto tenías. Casi al mismo tiempo vos también abriste tu boca y nuestras lenguas se encontraron. Amaba el sabor y me hacía temblar. Quería más. Me aferré a tu pelo. Lentamente nuestras cabezas se fueron separando, nos miramos a los ojos y me dijiste 'Hmm, que rico' y me acuerdo que también dijiste algo como '¿Por qué el primero siempre es tan difícil?' y a mí me había dado gracia. Me acuerdo también que estaba por llover así que nos levantamos, me ofreciste tu mano. Fue tan hermoso agarrar tu mano y caminar hasta el subte mientras hablábamos de 'Que le vamos a decir a los killjoys?' Nos despedimos en nuestra estación de la Línea A, ahí en Lima. A partir de eso no pude sacarte de mi mente ni cuando dormía. A partir de eso fue querer mandarte mensajes todo el tiempo, decirte I love you todo el tiempo, decirte lo bien que me hacías, lo mucho que quería volver a verte... demasiadas cosas. Así fueron pasando los días hasta que un Lunes 13 de Diciembre de 2010 me invitaste a salir nuevamente y que me esperabas en nuestra estación. Admito que fue raro volver a besarte, pero tan lindo! Sólo quería estar con vos, y conocerte cada minuto más, saber qué era lo que teníamos en común, que al final nos terminamos sorprendiendo de que nos gustaran las mismas cosas. Me acuerdo que estabamos hablando por MSN y que cuando te dije que no me gustaban las aceitunas me llamaste a mi casa diciéndome 'No te gustan? Yo las odio!'. Me acuerdo que te conté que eras mi primer novio, y te sorprendiste. Me acuerdo de la charla que habíamos tenido esas veces que estábamos por hacerlo, hasta que me sentí segura y terminó siendo hermoso. Juro que a partir de esos días cambiaste mi vida para siempre, y que después de ocho meses sigo pensando lo mismo. Que cada día que paso con vos me seguís cambiando y alegrando los días y la vida. Y eso siempre te lo voy a agradecer.