Ya varias veces recorrí tu cuerpo entero. Sabría reconocer el roce de tus muelas entre un millón de ruidos, y ni hablar de cuando sumerjo mis dedos en tu pelo.
Lo que me encanta es el roce de tu nariz por los distintos rincones de mi cuerpo. Tu mano agarrada a la mía cuando vamos caminando por la calle.
Pasear juntos, agarrados como dos niños que se pueden perder y no se deben separar.
Amo que me corras lentamente el pelo de mi cara y poses tus labios sobre mi mejilla. Que me beses en la frente y que me aprietes mis hombros contra tu pecho.
Me encanta cada sábado de mi calendario, acostarnos en tu cama después de comer. Compartir chocolate mientras miramos películas en el sillón.
